En la última década, el crecimiento demográfico en el territorio urbano de la ciudad de Cúcuta ha presentado un fuerte crecimiento frente a distintas dinámicas que la azotan, principalmente desde la informalidad, hambre y la migración, demostrando así la importancia de la intervención desde un enfoque humanista en los poblados vulnerables que abundan en las periferias y zonas de expansión, por esto los ecosistemas se ven asediados por la vivienda informal y poblaciones empobrecidas que desde el desdén de la lejanía, ven un crecimiento vertical de las ciudades, siendo solo espectadores de la indiferencia de los entes institucionales apáticos a las realidades sociales de estas comunidades, estas que tan solo el decenio pasado se veían afrontadas por tomas paramilitares y distintos entes armados en sus calles, echando pequeños vistazos a los rezagos de violencia que aún se ven impresas en sus perfiles urbanos y en un estancamiento que se hace atractivo para tantas problemáticas que el VIVIR no denota una diferencia del HABITAR

artiendo desde la identificación de hitos y/o puntos detonantes que generan dinámicas dentro del sector o área comprendida, permitiendo así la creación de trayectos dinámicos que se comunican entre sí y entrelazan la información, de esta manera, el sector se ve comunicado de forma directa a través de senderos permeados por la vegetación, resaltando un enfoque social con la arquitectura participativa, desde la colectividad y la juntanza, apostándole a la creación de escenarios multifuncionales, partiendo de la repetición de dinámicas en los recintos. Modelos que se llevan a cabo a través de estrategias de extensión controlada con elementos historiográficos del sector, vegetación, erosión, tránsitos demográficos y movilidad peatonal.